La Vihuela-Bordonúa Puertorriqueña
Este antiguo instrumento melódico vino a ser llamado Bordonúa en el siglo veinte--aunque el Proyecto del Cuatro propone que no se trata de la vieja Bordonúa puertorriqueña descrita en los relatos literarios del siglo 19--sino que en lugar, es probablemente la olvidada Vihuela Puertorriqueña.
Artículos adicionales: Detalles de afinación y encordadura ¿Qué pasó con la antigua vihuela puertorriqueña?
La Nueva Vihuela del Proyecto del Cuatro El sonido de la vihuela-bordonúa
Esta vihuela-bordonúa, creada durante las décadas del 1920-30 pertenecient al difunto bordonuísta Candelario "don Cando" Vázquez, yace sobre su mesa en Juncos, Puerto Rico, junto con su sombrero y taza de café. Foto por Juan Sotomayor
Reliquias de las vihuela-bordonúas del siglo 20 que sobreviven en el día de hoy
Los pocos instrumentos de nombre bordonúa que sobreviven (pero los cuales el Proyecto del Cuatro postula que se relacionan más fielmente a antiguos instrumentos nombrados vihuela) son reliquias inoperables, confeccionados durante las primeras décadas del siglo 20. Ellos representan una familia que sabemos existió desde el siglo 19--remontándose quizas hasta a siglos posteriores. Pero para fines de la década de 1930 sus supuestos descendientes ya casi no se tocaban ni se veían en público, convirtiéndose eventuales en reliquias de museo, obsoletas y olvidadas.
Cuando se encontraba en apogeo durante las primeras décadas del siglo 20, el instrumento se tocaba como instrumento de melodía, aunque el instrumento con el mismo nombre era un instrumento de acompañamiento durante el siglo 19. Sus exponentes más reconocidos durante las primeras décadas del siglo 20 eran Candelario Vázquez de Juncos, José Velázquez de Yabucoa, Andrés Font de Yabucoa y Aniceto Lozada de San Lorenzo.
Se decía que el instrumento era difícil para confeccionar y difíciles para tocar, y quizás por eso cayeron en desuso. Las reliquias son encordadas con ocho, nueve, y diez cuerdas--lo mismo como se describían las vihuelas puertorriqueñas del siglo 19. Por esa razón, y otras también, creemos que el instrumento comúnmente llamado bordonúa en el siglo 20 realmente descendía de otro instrumento, uno similar nombrado vihuela en el siglo 19. Luego de desaparecer la grave bordonúa de seis cuerdas del siglo 19, su nombre se traspone a la vihuela durante el siglo 20. Y este es el nombre que viene a caer sobre estas reliquias musicales históricas.
Todas las reliquias se ubican en la misma región Este-Central de la Isla. Significativamente, todos comparten los mismo intervalos de afinación entre cuerda y cuerda-- los mismos intervalos de afinación de las viejas vihuelas españolas del siglo 15, 16 y 17--sugeriendo un firme lazo músico-histórico entre ellos.
Las vihuela-bordonúas reliquias del siglo 20 que sobreviven
La vihuela-bordonúa de Candelario Vázquez
Fuimos a Juncos en busca del instrumento de Candelario Vázquez, y allí lo encontramos, una querida joya de familia. Debajo vemos una foto de Candelario Vázquez, ya mayor de edad, conocido a todos que lo conocían como don Candó: Oigan a Candelario Vázquez (a edad avanzada) tocando la línea melódica de una danza sobre el instrumento que llamara bordonúa, acompañado de un guitarrarrista desconocido. El instrumento de don Candó es similar en tamaño, forma, como también su diapasón flotante (vea foto directamente a la derecha) y trastes grandes de bronce, a los otros, pero a la vez se distingue por su tapa armónica, la cual se construyó en forma cóncava, con las cuerdas alzadas en el puente por una plataforma semicircular tallada. La esposa de Candelario Vazquez en 1994 en su hogar de Juncos con el instrumento de su esposo Foto William Cumpiano |
La vihuela-bordonúa de José Velázquez
La vihuela-bordonúa de José Velázquez aparece compartir precisamente el mismo templete de silueta y dimension de los instrumentos de Vázquez and Font (descrito enseguida), lo que implica un artesano en común. Por otro lado difieren en pequeños pero numerosos detalles, lo que sugiere por otro lado que varios artesanos compartían el mismo templete de silueta pero cada cual hizo su instrumento de acuerdo con sus propios recursos, habilidades y gusto. Todos comparten los mismos trastes masivos de bronce, aunque la forma en que quedan fijos en cada instrumento es único e individual. Todos comparten un diapasón flotante, parecido un poco al diapasón flotante de los instrumentos de arco como el violín y el celo. El extremo del diapasón queda apoyado sobre dos tarugos, llamados "almas" extendido a través de la caja armónica en forma vertical hasta quedar apoyado sobre el fondo. Este ejemplar es distintivo también porque incluye una multiplicidad de rayos de bicicleta atravesando su caja en varias direcciones, aparentemente usados como refuerzos. Estas diferencias imaginativas de cada instrumento, aún quedando dentro de un patrón rígido de su forma, de sus bocas múltiples, y de sus trastes masivos--todos señalan hacía una antigua tradición común seguida por distintos artesano contemporá- neos, cada uno ejerciendo su discreción y originalidad. |
La vihuela-bordonúa de Andrés Font
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La vihuela-bordonúa del
Esta vihuela-bordonúa se encuentra en el Museo de Música de Ponce. Desafortunadamente, su personal no nos pudo disponer alguna información sobre la misma. Es de fabricación rústic, basada en una plantilla distinta a la de los instrumentos de Vázquez y Velázquez. El diapasón parece haber sido reemplazod luego de haberse completado, quizas uno que sacaron de otro instrumento. Ahora cubre casi por completo la boca, como una idea tardía.
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La vihuela-bordonúa de
Recibimos esta foto de un bordonuísta no-identificado quien asumimos era Candelario Vázquez debido a la asombrosa semejanza. Su instrumento parecía mostrar el mismo templete y perfil que el instrumento de Candelario Vázquez, como también el de José Velázquez. Sin embargo notamos también un diseño distinto del puente y un clavijero ranurado como el de la guitarra española, lo que nos indicó que éste era un tercer instrumento, uno que nunca habíamos visto en alguna colección previamente. Así que asumimos que la foto era de Vázquez mostrando un segundo instrumento de su posesión ya que la semejanza era tan chocante. |
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Rescate y resurgimiento de la vihuela-bordonúa en tiempos más recientes
Las vihuela-bordonúas de Vicente Valentín
Vicente Valentín, reconocido maestro artesano de Vega Baja, fue un personaje importante dentro del rescate de la vihuela-bordonúa liderada por el Dr. Francisco López Cruz y el Instituto de Cultura Puerto-rriqueña.
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Las vihuela-bordonúas de Cristobal Santiago
El gran maestro artesano de Carolina, Puerto Rico, Cristóbal Santiago contribuyó en los esfuerzos de revivir el instrumento durante la décadas 1960-70. |
El rescate del Instituto de Cultura Puertorriqueña y Francisco López Cruz Francisco López Cruz toca una vihuela-bordonúa de estilo nuevo hecho por Leoncio Ortiz de Corozal El Dr. Francisco "Paquito" López Cruz (1909-1988) participa en la creación de un inventario de manifestaciones culturales puertorriqueñas emprendido por el Gobierno de Puerto Rico a través del establecimiento del Instituto de Cultura Puertorriqueña en 1955, liderado por Ricardo Alegría. Entre otros proyectos para el ICPR, emprende un rescate del instrumento que el nombra "bordonúa", la cual el mismo declara es descendiente de la vihuela--aunque es a la antigua vihuela española a la que se refiere. Sugiere una nueva encordadura moderna para el instrumento, rechazando las inescrutables encordaduras de las originales vihuela-bordonúas. Bajo su auspicio, el Instituto comisiona a prominentes artesanos como Vicente Valentín (visto arriba), Antonio Rodriguez Navarro, y Leoncio Ortiz a recrear ejemplares modernizadas del instrumento.
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Las vihuela-bordonúas de Aurelio Cruz Pagán |
Las vihuela-bordonúas de Eugenio Méndez
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Las vihuela-bordonúas de William Cumpiano |
Las vihuela-bordonúas Proyecto del Cuatro Puertorriqueño
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Las vihuela-bordonúas de Secundino Merced
El maestro artesano Rafael Avilés Vázquez muestra un ejemplar de vihuela-bordonúa hecha por el maestro Secundino Merced.
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Why is the Cuatro Project changing the bordonúas name to vihuela?
Puerto Ricans have been told that an odd, obsolete guitar-shaped instrument of native Puerto Rican lineage--its memory resting within relics made early in the 20th century and preserved in several public and private collections on the Island--is called the "bordonúa." These few surviving samples shown, share the same name as the 19th century bordonúas that were often described in accounts of that period. But these relic "bordonúas" are not the same as those earlier namesakes.
These so-called bordonúas are cloaked in mystery: nobody really remembers how to play them, mostly because their odd stringing and string spacing arrangements seems to defy categorization. Curiously, cultural preservationists nonetheless recreated modern versions of the instrument, changing them even further from the original models. They changed them in virtually every regard: in size, shape, stringing, tuning...all in an effort to make them more accessible and easier to play for modern players. Preservation through change: a odd effort, indeed! These present day replicas, these "modern bordonúas," are quite successful on their own terms: many are beautiful in workmanship and beautiful to hear. They have even spurred several excellent players to produce beautiful recordings with them. But these newly minted instruments have very little--only superficial resemblance to the relics whose "tradition" they are supposed to be preserving. But the curiousity doesn't end here; those old preserved relics in the collections are themselves significantly different from the bordonuas that were in existence during the century before them, the 19th century. All the bordonúa relics have up to ten doubled and single metal strings, tuned to a melodic register--they were strung to play the melody part in string bands. They also had multiple soundholes. When we researched several old books written in the 19th century about Puerto Rican customs, what they described as bordonuas were large guitar-shaped instruments with six single (probably gut) strings. The name bordonúa itsels appears to derive from the term bordón--which since antiquity actually means "a thick, low-pitched instrument string." So it appears reasonable to conclude that an instrument with bordones be called bordonùa. Indeed, having bordones would have impated to them a deep sound--that is, deeper than the sounds of the other stringed instruments in the traditional instrumental group. We now that these lower-pitched, 6 single string bordonuas were being played around 100-150 years ago in Puerto Rico. None of them physically survive in this form today. Nobody remembers what they looked or sounded like, either, save for a glimpse of them seen in a 19th century painting. The early-20th century surviving namesake relics are also unplayable, but we could tell from their pegs, nuts and bridges, and some of the surviving strings themselves, that they were made to be strung--not with six single large gut strings--but instead with 8-10 single and double thin gauge strings made of steel. That would have given them a bright, shiny, metallic voice. Also, the children and grandchildren of the old-timers who actually played those 20th century bordonuas insisted that they never played the lower-register accompaniment, rather, they always played the principal melody-line voice in musical groups. They also said they had never heard of them ever having six single strings, either. This was the puzzle we faced and which confused us for 10 years: two significantly different instruments with the same name, bordonúa. And nobody ever remembering a six-string, lower-register instrument also called bordonúa, either, regardless that they were described that way in the old 19th century descriptions. Just recently we noted two interesting details: the way the younger bordonúa relics were strung and tuned were all similar to the ancient Spanish vihuelas and later, 17th and 18th-century guitars. These were strung with eight, nine or ten strings and tuned in guitar-like intervals. And all of these were all customarily lumped together with the same name: vihuela. Coincidentally also, those present-day museum relics that came to be called bordonúas had multiple sound holes, just like the ancient Spanish vihuelas. So these so called "bordonúas" carried on them traces of the ancient Spanish vihuelas, and the tunings and stringing arrangements that recalled the later Spanish "vihuelas." Going back to those old 19th century descriptions, they all included a mysterious fourth member of the family of Puerto Rican native instruments. There indeed existed during the nineteenth century, possibly earlier, another distinctive guitar-like native instrument called vihuela in Puerto Rico--which nobody ever talks about or even has heard about today anywhere in Puerto Rico. It's another "disappeared" or forgotten Puerto Rican stringed instrument that was once described in the Puerto Rican countryside in the 19th century texts--but is completely unknown and unheard-of in Puerto Rico today. And what do those 19th century texts say about the forgotten vihuela jíbara? They had "up to ten strings" and they played the melodic register in musical groups, groups that also included tiples, cuatros, and bordonúas in various arrangements. And that their ancient namesakes, the earlier Spanish "vihuelas" had multiple soundholes and were strung with eight, nine or ten strings in guitar-like intervals. The only way to fit all these disparate facts together into a reasonable description of what occurred was that there actually were four native Puerto Rican instruments in the 19th century: tiple, cuatro, 6- string bordonúa and "up to ten" string vihuela. Only the tiple, cuatro and vihuela survive into the 20th century, the 6-string bordonúa disappearing at the beginning of the 20th century. The vihuela, with its multiple soundholes and ancient vihuela stringing survives into the 20th century but it's old name is forgotten and Puerto Ricans bestowed upon it the name of the extinct bordonúa. So we can conclude that in modern times 'the complete family of Puerto Rican stringed instruments consistes of the tiple, the cuatro and an instrument called a vihuela which came to be called bordonúa. There are quite a few historical precedents for name-shifting string instruments and we found several other instruments that were called several names at once, or the same instrument with different names at different times or places, or that instruments physically changed without the old name changing--or similarly, that different instruments in different periods had the same name. In instrument history, instrument names are often fluid in this manner. In Puerto Rico there are other instances of fluid instrument names. Take the cuatro. The cuatro is named because it had four strings. A completely different instrument but with a similar usage appears in the late nineteenth century--with 10 metal strings tuned completely differently--and Puerto Ricans called THAT a cuatro too. In some places the bordonua was called a "large tiple". In Spain the name "vihuela" stuck and remained the name of different twelve, ten, nine, and eight string guitar-like instruments across the centuries.
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