Entrevista con el artesano en su taller de Morovis por Juan Sotomayor circa 1994. Transcipción y redacción de William Cumpiano
[Me llamo] Julio Negrón Rivera. Nací aquí en Morovis en el barrio Montellano el 28 de enero del 1926. [El nombre de mis padres es] Eusebio Negrón Rivera y Carmen Rivera Barreto. [Mi esposa se llama] Mercedes Rivera Barreto. Tengo nueve hijos. No me acordaré de algunos: está Germán, está Julio, está Jesús, está Enrique, está Gerardo, está Marta, Socorro, Teresa, y Rosa.
Mi papa tocaba el cuatro de cuatro cuerdas y el de diez. Y él lo construía también. Si, precisamente, yo seguí el ramo de esto. Yo empecé a bregar con los instrumentos a los once años. Empecé con el Guaraguao y el Yagrumo. [Hacía] el cuatro de antes, simplemente era una bomba abajo, un poquito largo arriba, cuadrao, y con cuatro cuerdas. Ese era el cuatro antiguo.
Precisamente [escogí el cuatro] porque a mí me gusta la música y si mi padre lo hacía, que el no tenía ni letra, pues ¿cual es la razón que yo no podía aprenderlo? Él trabajaba en la carpintería. Esto no daba para vivir anteriormente. Entonces yo me entusiasmaba porque aparte de cuando él lo hacía, pues como el lo usaba también, pues eso a mi me satisfacía, me llenaba de una euforia que yo quería hacer lo mismo también. Y seguí luchando con la música y actualmente pues no he tendido a dejarla. Claro lo mío principal es la carpintería pero, actualmente pues yo gusto retirarme de la carpintería, yo estoy to' agolpeao, pues seguida lleno con la artesanía y ahí estoy.
Yo empecé a bregar con el Instituto de Cultura en el 1962. El Instituto empezó en el '52. Ya para el '58 pues se estaba gestionaba a ver cómo se reunían los artesanos, a ver cuales había, cuales eran mas diestros, cuales no, hasta que por fin el Instituto, a través de Don Ricardo Alegría y de Walter Murray Chiesa que era uno de los ayudantes, que actualmente todavía está, pues ya pa'l '62 me costo entrar con ellos, porque ellos me compraban mis instrumentitos, pero claro, yo no quería ligarme mas nada. Ellos querían que compitiera. Tan al extremo fue que a lo ultimo, me costó el tren, y seguí compitiendo a nivel de isla con los demás. Pude adquirir mis premios, entonces eso me indujo a ir superándome en los instrumentos y a perfeccionarlos.
Actualmente tengo instrumentos en el mundo entero, gracias a Dios. He tenido que estar fuera por dos ocasiones: en el '85 fui a recibir un premio a Washington por la National Endowment for the Arts el día cuatro de Septiembre del 1985, y después fui premiado por la Budweiser también. Obtuve otro premio en el Canal 2, va casi dos años.
En las mismas ferias, uno aprende y se estimula porque uno ve los trabajos que otros llevan y a veces lo llevan a unos precios que yo comprendo que ellos están cobrando ese trabajo, porque es natural, el trabajo es algo serio. Pero que a veces se puede hacer el trabajo de mas calidad por ese mismo dinero. Pues entonces a veces hay personas que piden una cantidad, y uno oye al público, "mira ese instrumento está lo más bonito y qué sé yo, pero mira, no afina correcto, no tiene la terminación que debía tener," y todas esas cosas le sirven a uno de escuela.
En cuanto a escuela se refiere, yo lo que tengo es segundo grado, yo no pude estudiar. Claro, anteriormente por no estudiar, pues el hijo de Don Fulano podía, pero al hijo del pobre no era tan fácil. Vivíamos en los campos, en lo último. Y ahí, con veinte mil sacrificios hacíamos lo que hacíamos.
Precisamente [me inspiró] Don León Ortiz, que lo conocí en el pueblo de Corozal. Era un artesano de verdad. En cuanto a otros artesanos que hay actualmente, pues está Eugenio Méndez que es muy bueno, entonces hay uno que murió va un par de años. Yo veía los trabajos de él muy bien, pero yo entendí que yo podía mejorarlos. Y seguí, entonces al tiempo él murió. El se llamaba Don Carmelo Martel, de Utuado. Entonces tengo otro compañero que trabaja bastante bien. No sé si esta por Cantera en Santurce, Don Juan Reyes.
Entonces hay otro señor que trabaja muy bien el instrumento, pero claro, el asunto de él está en escala comercial. Me dijo que está ahuecando dos instrumentos a la vez, o sea ya está industrializado, y eso pues, yo no sé pero yo hallo que no es artesano, entonces eso, claro, a mí me chocó. Yo no quise decirle, el público a veces se enoja, pero que menos uno cree, pero yo reconozco que es un maestro. Claro, el trabaja, pues son to's de estudiantes, yo lo aprendió lo se, y pa' asuntos de esta, en las tiendas. Hace unos instrumentos algo serio. Que es Don Cristóbal Santiago.
Había un señor de Florida me decía eso la semana pasada, y yo dije, "bueno, a lo mejor desconocen una parte, y viene la otra." Claro, pues él me vaciaba los tablones con esta maquina que me he hecho ahora, y los vaciaba más fácil que yo. Me toma a mí tiempo, y tengo que meter las manos. Él, pues no tiene que hacerlo, Gracias a Dios. Pero yo, eso me satisface, porque se ve la evolución. Primero yo lo hacía a berbiquí. Actualmente pues yo, el taladro me resuelve, y con las manos hago el resto.
Mi primer maestro fue mi padre, Eusebio Negrón. Después de ello, pues claro Don León; en una ocasión que yo le pedí que me terminara un cerquillo de un cuatro que yo estaba haciendo. Entonces yo no tenía el material, no lo conseguía fácil. Entonces él me dijo, si me consigues un pedazo de Maga, una canilla de un soco viejo, yo te hago lo que tu quieres. Le digo, "pues trato hecho. Ese viene ya mismo." Y como yo estaba en la carpintería, y precisamente estaba bregando con un rancho viejo, le conseguí el soco, lo labró por los cuatro costados, y se lo llevó. Y me dijo, "a este pedacito de madera yo le saco mas de doscientos pesos," fue lo que me dijo. "No te apures que tu cuatro te lo voy a hacer" Y me hizo un trabajo algo serio. Sí. Y claro, viendo todas esas cosas, pues, yo dije, "si yo hago todo el instrumento completo, cual es la razón por que, yo te busco la forma y terminarlo completo, que nadie tenga que ponerle un dedo encima." Sino, que yo lo entregué terminao. Pues gracias a Dios actualmente puedo hacerlo con quien sea."
A través de mi trabajo, en la feria, alguna que otra persona, mi propio taller, pues hay quien, claro, le dice la verdad uno conciente, y no perjudican a uno. Pero he sufrido una experiencia muchas veces: ven que le presento un trabajo terminado y dicen, "oye, ¿pero quien terminó esto, como terminaron esto? "Este servidor que esta aquí." Claro, yo no puedo comparar el trabajo que hago hoy con lo que hacía por lo menos quince o veinte años atrás. Pero yo tengo ahora mis instrumentos ahí terminaos, que no se le han puesto una cuerda encima, que no tengo por dudar para irlos a encordar, y sirve. No le he dao ni bayeta todavía. 'Tan ahí en el rancho, los pongo a esperar. Pero claro, he sufrido to'as esa experiencias. "Ah, ¿pero como tu vas a hacer eso?" Porque, claro, como uno es un jíbaro que es lo de acá del campo, pues, creen que el que está en el pueblo na' mas es el que tiene derecho a vivir. Y eso no es así, he sufrido muchas experiencias de esas pa' conseguir mi maquinaria, (que la maquinaria que yo tengo, pues es de'so) y las herramientas de mano, que yo mismo hago, de mochos viejos, y cantos de segueta y de'sos... porque si, el taladro me ayuda a vaciar, pero lo de ahí afuera hay que meter las manos. A través de las competencias con los instrumentos, y ciertas personas que de uno forma u otra se han interesado, pues ellos mismos me dan la publicidad. De hecho, yo no llevo publicidad, ni a la radio, ni a la televisión, ni a ningún negocio que se dedique a publicidad.
Mi viejo hacía dos cuatros al año. Hacía uno para la venta, y hacía uno para él. Cuando se vendía el de él, hacía otro. O sea, no había ambiente. Actualmente yo no hago cantidades. Porque yo podría hacer cantidades, pero en eso yo tengo poco cuidao. Yo trato de hacer calida', no cantida'. El que quiere un cuatrito de aprendiz yo se lo hago, no hay problema, yo no lo voy a enojarme. Pero me mantengo en lo que puedo y sale profesional de verdad. Que si tiene que rechazarlo por algo, en confianza me lo puede decir, que a mi no me está malo en ninguna manera. Y gracias a Dios por esa parte pues, he podido mantenerme. Actualmente en Morovis, pues hay muchos fabricantes. Que más que menos. No quieren identificarse, es la primer parte. Por no tener compromiso después para quien le vendieron. Ellos no identifican un instrumento. Ellos saben el instrumento que es de ellos. Pero ellos no lo marcan de ninguna manera. No quieren problemas. Entonces, pues cuando sale un instrumento flojo, que no se une a las condiciones por alguna razón, pues ellos no son responsables porque eso ellos no lo hicieron. Y ese no es el asunto. Mis instrumentos van marcaos. Yo uste' lo trajo a arreglar, yo se lo voy a marcar después que yo lo arregle. Sí. De lo contrario, yo no le preparo.
El gran cuatrista Iluminado Dávila y su conciudadano moroveño Julio Negrón comparten en 1994. Foto de Juan Sotomayor
[Yo no vivo totalmente de mis instrumentos], no totalmente de'sto porque yo brego que más que menos en la agricultura en argo. Pero actualmente como yo estoy retirado también, mi trabajo es carpintería, pues a través del Seguro Social y miserias que a mas que menos uno hace, pues he podido mantenerme. Pero yo levanté mis nueve hijos ahí a pulso. Y actualmente yo estoy trabajando casi lo mismo. Claro, ya ellos se casaron, pero yo tengo un sinnúmero de nietos. Ahora mismo yo tengo veintiocho nietos. Tengo cuatro bisnietos y yo por cualquiera de'llos hasta donde yo pueda saco la cara. Lo que yo no pue'o, no pue'o hacer. Pero mientras pueda, brindo... siiii.
Yo dos o tres cuatros y dos o tres guitarras las hago al año. Podría hacer cantidades. Pero en asunto de comercio, no me consigues. Porque yo puedo trabajarle a equis tienda pa' ellos vender. Precisamente cuando empecé con el Instituto, un par de tiendas, pues... y hizo esa parte y se lo agradezco. Me dieron la mano hasta cierto punto porque pude hacerme de unas herramientas y no me vinieron mal. Pero yo tuve que hacer instrumentos en ese entonces hasta de cuarenta y cinco dólares. Entonces, descontando los gastos que me salen en materiales, ¿cómo saldrían los días míos de trabajo?
[Entre los mejores artesanos] podría decir Eugenio Méndez. Podría decir Vicente Valentín. Cristóbal Santiago. Claro, pueden haber otras personas que yo no las conozco, y... ser unos generales, pero no quiero tampoco a perjudicar a nadie tampoco, yo no... Pero que reconozco el trabajo que yo he visto de ellos. Hay un señor de apellido Guerrero. No me engañes... en Guadalupe, de Utuado, o de Utuado pa'llá. Y claro, hace unos trabajos... algo serio. Entonces, claro, que más que menos hay otros de Corozal. Trabajo fabuloso. Laureano Montesino. Él tiene taller cerca de la emisora radio Oro en Corozal.
Tenemos buena relación [con los músicos], una buena amistad nos ha unido. Entonces en cuanto al uso del instrumento yo lo uso hasta cierto punto. Yo no me dedico a eso. Tengo mi grupo familiar, con mi familia, cuando nos podemos reunir y eso. Pero como decir de estar en cualquier sitio, eso es mentira. No podría hacerlo, porque ellos dependen de su trabajo, tienen sus compromisos, son padres de familia. Cuando estamos en equis días libres y hay una oportunidad de oir a una u otra persona razonablemente, pues vamos. Si, hemos ido a las emisoras, en WAPA televisión. Hemos estado fuera. Todo lo hemos hecho. Pero ellos tienen sus trabajitos y actualmente no puedo quitarles a ellos porque yo no les puedo pagar a ellos lo que ellos en sí se ganan. ¿Vez?
El instrumento para mí es, todo lo mismo. En mi alma esta en eso. El día que yo no tenga instrumento... me alíneo. El día que más mal me siento, cojo un instrumento y lo sueno y con eso yo satisfalgo. Yo tuve la experiencia hace casi tres meses... hay un señor de Manatí. El señor está inválido. Está inválido del ejército. Simplemente le funciona la mano izquierda.
Anda con trabajo, con un bastón. Esta mano, casi... bahh. Él tiene cuatro guitarras. Yo tuve que hacer a él pa' simplemente él sonarlo con ésta mano, lo que él pueda, porque eso le satisface a él, porque el no puede hacer otra cosa. Y él está en un sillón de ruedas. Pues se lo hice al hombre. Está muy satisfecho. Se llama Don José Robles Reyes, o algo así. Pues claro veo esa situación. En la condición que él aprecia el instrumento, en su situación de vida como él la tiene, ¿porque yo no puedo apreciar lo que yo hago, que eso me satisface a mí? A mí me satisface coger un pedazo de madera y darle forma y ponerlo a sonar. Y ponerlo a sonar que sirva. Porque a ponerlo a sonar lo hace sonar cualquiera. Ahora, cómo suene es la cosa.
Yo diría se está consiguiendo calidad de instrumentos algo seria, actualmente. Ahora, si vamos al montón, como se nombra, pues entonces habría que escoger'os. Pero si queremos buenos instrumentos, hay quien los prepara. Ahora también hay que preparar instrumentos en apariencia, un cuatro enterizo muy elaborado, y que sí yo, y se lo dieron en doscientos pesos, doscientos cincuenta, trescientos pesos. Pero entonces cuando usted busca la harmónicas, buscó la escala musical, pues ya ahí hay algo que no cuadra, porque hay desbalance, no hay sonido timbrado, era incómodo, está durísimo pa' tocar. Por eso, lo que pasa es que se hace un instrumento a to' escape, porque lo que quieren es un instrumento enterizo, enterizo. Pero hay unas cualidades en el instrumento enterizo. Que debe tenerlas. Entonces hacemos el cuatro mas o menos... anteriormente pues se hacía un cuatro, se enhuecaba, se labraba to' lo que se pudiera. Pero como no hay tales herramientas, no había tal adorno que se pusiera. Actualmente hay el adorno que usted quiera de afuera. Y yo hago el que usted quiera de aquí. Ahora, si quiere de allá fuera, yo tengo un caja llena ahí. Pero yo lo hago de aquí. Ahora, como ese trabajo requiere tiempo... requiere una habilidad, un cuidao, eso no lo puede seguido hacerlo en una hora, porque de qué manera... ahora, quieres una roseta de afuera, yo se la monto ahí en media hora. Pero si me pide un trabajo de esos, ya... aquí un señor la semana atrasada, me decía que este trabajo él lo había visto en casa de Guilín. Digo, "caballero, con todo el respeto que usted se merece, usted me va a perdonar, pues ese trabajo no lo hay en casa de Guilín, porque Guilín no lo hace. Guilín puede hacerlo. Pero el no se pone a hacerlo. Porque coge tiempo. Yo lo pago a usted a cinco dólares la pulgada que usted me traiga de ese trabajo. Entonces dice, "no, no, es una broma porque es que se parece." Digo, "ahhh, que se parece una cosa. Pero vamos a hacerlo. Vamos a hacerlo y yo le voy a decir pedacito por pedacito de qué es cada madera. Cual es la razón que yo no pueda hacerlo. Ahora... coge tiempo, requiere su cuidao, pues el que quiere ese trabajo y lo paga, yo le hago el trabajo ese trabajo. Si lo quiere liso, se lo hago liso. El que lo quiera con marquetería de afuera, se lo hago con marquetería de afuera. Ahora, él tiene que valorar lo que está mandando a hacer. No es en sí el instrumento enterizo. Porque el instrumento enterizo, si tiene sus propiedades, que no se les pueden quitar. Pero yo se lo hago de láminas también y se lo hago de pedacitos de un cuarto, pa' que usted vea que sirve. Ahora, lleva un trabajo algo serio.
El dotado artesano, foto tomada circia 1960 por Walter Murray Chiesa
El cuatro típico de nosotros era de cuatro cuerdas solas. Actualmente usa diez. Cuando se hizo de cuatro cuerdas sonaba poco. Sonaba bueno. Pero sonaba poco. Entonces se le aumentó una cuerda y hicieron cinco. Y sonó más. Actualmente tiene diez. Lo que se hizo fue que se dobló el encordaje: tiene dos primas, tiene dos segundas, tiene dos terceros, dos cuartos y dos quintos. Entonces si no lo quiere con dos quintos, ni dos cuartos, ni dos terceros, pues pone una prima con el tercero, que sirve como requinta. Una segunda con el cuarto, y sirve como requinta. Y un tercero con la quinta, y sirve como requinto. Simplemente si pone los tres entorchaos, en las tres posiciones tercero, cuarto y quinto, él suena más. Hay más volumen. Pero la calidad de sonido no es igual. Entonces al usté' poner un tercero y una prima, la prima sube dos milésimas más y entonces requinta el tercero y se oye un sonido algo serio.
[Un buen cuatro requiere que] el sonido de voz que sea bien timbrado. Y la principal es la escala. Entonces el sonido de acuerdo d'esa resonancia con la caja acústica que tiene. Puede tener una caja acústica que suene muchísimo, afina bien, pero el volumen del sonido no gusta. Y eso no sirve, ¿vez? Porque eso sirve pa' alborotar. Pero calidad de sonido, pa'l oido, no... no hay aprecio ninguno. Por eso el timbre de voz es muy importante en eso.
Primeramente se trabajó el instrumento en Guaraguao, la caja principal y su tapa Yagrumo. Eso es formidable. Ahora, hay unos pro y hay unos contras. El Guaraguao es formidable hasta cierto punto. Usted hace una docena de cuatros de Guaraguao idénticos en todas las medidas en todo, y hay unos superiores, de los doce que hizo. Entonces ahí tiene que ponerse a adivinar que pasó. No ha pasado nada. La madera de Guaraguao usted la trabaja y muchas veces tiene la suerte que logró la caja y no se explotó. Pero por naturaleza el Guaraguao se explota todo. Tan pronto el instrumento se explotó, ya cambia el sonido porque entonces usted tiene que ponerse encolar y la cola demás que usté meta en cualquier instrumento que sea le perjudica. Porque entonces hay una parte plástica que resta sonido.
Si usté ve el árbol de donde se sacó éste pedazo, usté no lo cree mas nunca. Este árbol tenía mas de tres pies de grueso. Y apurao se sacaron esos tablones y no sirven. Ahora mire la diferiencia. Este palo está explotao aquí y aquí. Y está explotao aquí. Este palo está explotao ahí. Ahí hay un cuatro marcao, pero eso no se ha hecho. Entonces, aquí está explotao, aquí está explotao, aquí está explotao. Ese es el problema con el Guaraguao. Pero si usté lo hace, el va a sonar bueno. ¿Pero usted sabe toda la cola que se le mete para todas esas hendeduras ahí, pa' unir? Como no, usted lo va a unir. Pero eso mismo le resta sonido. Entonces muchos, pues desconocen eso. Ahora usté logra una caja sana y se baja a una medida exacta de grueso... no tiene problemas, saca un bonito instrumento. Pero entonces por experiencia aquí vienen varios compañeros de otros pueblos y me traen esos cuatros lindísimos, bien cortaítos y que sé yo lo mas aquel. Y cuando lo cogen encordaos después, pues se llevan la desilusión porque no suena como él quiere. Si suena, suena bastante, y que sé yo, pero no es la calidad de sonido que está buscando. Si usté hace un instrumento lindísimo que se está haciendo actualmente, no es recomendable. Ese ruido es volumen. Pero no es calidad el sonido. Esos son las razones por la cual la guitarra es mas honda, para que haiga más volumen. Pero no la pases de hondo tampoco, porque tampoco sirve.
Precisamente todos los cuatros primitivos se hicieron de dos pulgadas y dos y media de hondo. Actualmente se trabaja hasta tres y media. Hay quien mete cuatro. Yo actualmente estoy tres, tres y cuarto, y dos y media. Ese mismo tiene dos y tres cuartos, y saca un hermoso sonido. Pero hay aquellos, "no, no, no, chico mientras más hondo mas suena." Si, tiene razón, suena mas, pero ¿cómo suena? Entonces después cuando lo oyes y que burronea, mucho bajo, mucho bajo, y cuando buscas las primas no sirven. Cuando los buscas pa' las harmónicas, no hay primas: pues bendito, ¡si estás ahogando la voz!
La primera parte [del cuatro] que yo hago es, irme al monte a seleccionar el palo que voy a usar para los instrumentos. Tumbamos el árbol. De ahí pasamos el árbol al aserradero pa' que los desdoblen en tablones. Después que ya el aserradero lo hace, dejamos ese tablón, si es posible, de un año pa'l otro. Si hay que enhuecar antes, pues se hace y se deja que valle secando. Pero mayormente se deja sin ahuecar pa' que esa madera seque como tiene que ser, sin que explote. Y entonces se trabaja. Claro, hay quien lo enhuequen el mismo día, pero eso no es recomendable. Hay veces que pierde la caja, acabándola de hacer, que se le explota. Esa misma caja ya tiene más de cuatro meses de ahuecao. Y asi va.
El cuatro de piezas usted le puede dar el sonido que quiera, porque depende al grueso que trabaje la madera, y de que clase de madera use. Es una de las partes del sonido. Puede dar mas volumen al sonido. Y puede un timbrado de voz bueno. Entonces hay veces que usted compara con un instrumento sólido y el de piezas suena más. Tiene razón de sonar mas, porque usted prepara la caja a un cuarto, ahí, a como usté, a lo máximo... porque sabe que se le va a explotar si lo ajora mas. Si lo labra a tres dieciséis puede perderlo, pues tiene que dejarlo a un cuarto porque esa madera, a parte está a lo largo, por a parte queda atravesá, y donde esta atravesá se le explota. Y lo tiene que llevar con ése cuidao. Entonces, en el de piezas lo corta exacto a una medida, o lo dobla y saca un volumen de sonido algo serio. Ahora, hay una diferiencia porque es encolado.
Pero actualmente hay las colas que uno quiera. Anteriormente lo que había era la cola de grano, o había la piñola, o había la amapola, o había la ------, y no había la seguridad de nada d'eso. Pero actualmente la cola sintética hace maravillas, o sea, yo tengo el cuatro de uso mío que es a un cuarto de pulgada todo completo. Cada pulgada tiene dieciséis pedacitos de estos. Está con cola sintética, pues mira ------- porque explote.
Entonces se ahueca, se prepara bien por esto, así que la caja está teminá por 'entro, entonces se sigue la superficie por fuera bregando.
La mayor parte [de mis clientes] quieren [los cuatros] enterizos. Principalmente los profesionales. Entonces el estudiante lo coge en piezas, pero también he tenido la experiencia... aquí ha venido un fabricante de Ponce y me estao más raro que ninguno. Me ha traído un cuatro enterizo de Maga. Argien lo hizo. Lo reparó un señor de Utuado. El no está de acuerdo con el cuatro, él dijo el cuatro a él no le gusta, o sea, veinte mil problemas. Entonces viene y me lo cambia a mí por uno de tapas así porque sí. Y yo, me estuvo raro y lo de'l, pero... me dijo "no, no, no, mira es que ese cuatro nunca me ha gustao, ese cuatro no me satisface a mi, y ese cuatro que usté tiene ahí de esos baratos, eso suena bueno, es cómodo, suena suficiente, mire yo se lo doy por el." Entonces cogí el cuatro, lo reparé yo, le hice lo que había que hacer y rápido, se vendió. Pero el que él trajo era enterizo. Y el se llevo uno de piezas. Entonces me encarga dos de Guaraguao pero en piezas para el grupo de él. Pues en piezas yo se lo hice. Y él está satisfecho. Ahora en piezas yo le voy a usar cola corriente de esa barata. Eso yo sé que pasa. Eso está todo, pues pa' eso se usa buen material. Ahora de acuerdo a eso, pues le cuestan. Esa misma guitarra que yo le mostré, esa guitarra está vendida...y ese cuatro esta vendido.
Ese mismo está ordenao también, pero claro ese sale cuando yo diga. Asunto deprisa aquí pa' los instrumentos no puede ser. Aquí el trabajo que menos está mes y medio, y si no, no puede ser. Porque yo no trabajo de una semana pa' otro. Eso requiere sus tiempos, requiere su cuidao y que esa madera está en condición pa' termínala como tiene que ser. Eso que "lo necesito mañana porque lo tengo que tocar" eso aquí no sirve.
Yo diría que en gran parte, [el resultado] tiene que ver con el artesano. Por suerte, gracia o desgracia, sí, algunos instrumentos pueden salir un poco raros. Eso yo lo conozco. Pero el salir el instrumento un poco raro depende de que madera usté está usando. Yo dije que estoy preparando un instrumento de Panapén pa' probar. Yo probé ya un cuatro de Panapén y yo sé que sirve. Ahora yo no voy a cortar uno nuevo de Panapén para hacer un cuatro. Eso tiene que sonar ------ que esté en condiciones, que esté seco ya, que esté de trabajarlo, entonces yo voy hacer la prueba. No sirve, pues yo lo rompo tranquilamente, yo no voy a vender eso. Porque la primer ---- es que yo lo voy a usar. Y si eso no sirve, y si se va a doblar, va hacer esto o aquello, pues yo lo tengo, pa' eso mismo. Ahora si yo lo que quiero es comercio, pues lo voy a tirar pa' la calle rápido. Yo no trabajo así.
Precisamente la primera vez que yo bregué, pues en el viejo San Juan hay un lugar, yo no sé si está todavía, le llamaban Don Roberto. A Don Roberto yo le hice trece cuatros pa' ir pa' la Feria Mundial. Y se hicieron trece cuatros típicos. El cuatro cuadrao de antes. Y los liquidaron rápido. Entonces les hice otros pocos a un señor López. El señor me parece que estaba en Calle Allen, yo no sé si están actualmente, pues al viejo San Juan casi ni voy. Y así hice varios. Pero cuando yo vi el procedimiento del instrumento, come es y la habilidad del negocio, yo dije, "no, no, no, yo voy a trabajarlo bien como tiene que ser." Porque yo estoy bregando con el mundo entero aquí y gracias a Dios no tengo problemas con nadie.
El instrumento va en adelante. Va en aumento. Sí. En comparanza de como se vendía el instrumento primero hasta actualmente, hay una evolución algo seria. Porque si está bien que yo venda aquí dos instrumentos al año, cuatro instrumentos,... okay. Pero entonces esta aquí: Gilberto Dávila, hace y vende. Está Toño Rivera, hace y vende. Está Lelo Cruz, hace y vende. Está Pepín Colón, hace y vende. Y así podemos seguir enumerando. Claro no hacen la calidad tal vez que estuviera yo haciendo. Pero ellos venden sus instrumentos, quiere decir, que hay evolución. Pues si hay evolución quiere decir que va en aumento.
El puertorriqueño si le gusta el cuatro, porque... la guitarra, pues no se va a dejar atrás. Pero la guitarra es oriunda de España. Entonces, el cuatro, el tiple y la bordonúa es de nosotros. Ahora la bordonúa, claro, tiene sus partes un poco confusas y naturalmente, se ha echao a una esquina. Casi nadie se atreve. Entonces, pues se hizo lo mismo. El tiple lo hemos visto como el cuco. Pero el cuatro como tiene una sola afinación y se mantiene en ella, pues actualmente, con poca clase, y con un librito, una persona que ya tiene un grupo de entendimientos, lo maneja. Y precisamente es raro el sitio que usted vaya y no hay un cuatro.
|