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Las dos tradiciones del cuatro puertorriqueño


El distinguido maestro artesano de Vega Baja Jaime Alicea      Foto por Juan Sotomayor

La historia popular atenta explicar la evolución del cuatro de Puerto Rico en esta forma: el cuatro se desarrolla de un antiguo instrumento original rústico de 4 cuerdas sencillas--del cual deriva su nombre--y al pasar los siglos los puertorriqueños le añaden progresivamente más cuerdas, convirtiéndolo por fin en un instrumento de diez cuerdas. Esta explicación asume un instrumento que al pasar el tiempo aumenta su encordadura. Parece ser una explicación lógica, pero hemos descubierto que es un mito.
       Nuestras investigaciones durante la última década nos han conducido a otra conclusión: que en realidad es más preciso resumir la historia del cuatro como la evolución de dos instrumentos distintivos, y únicos, y durante el último siglo  coexistentes: cada uno con su forma, tradición y geografía.

Podemos llamar estas dos tradiciones la del cuatro antiguo y la del cuatro moderno. Esta nueva versión de la historia de nuestro instrumento se basa en hallazgos que indican que el cuatro antiguo y el moderno diferían dramáticamente desde un principio en su encordadura, su afinación, su tamaño, su forma, su función musical, su parentezco, su ámbito geográfico y su antecedencia, al extremo que es difícil explicar cómo los dos instrumentos compartieron el mismo nombre por tantos años. Pero la memoria popular ha fundido las dos tradiciones en una.
     Y de esa confusión se deriva la pregunta que se hace tan frequentemente" ¿por qué se llama "cuatro" si tiene diez cuerdas? Como veremos, el nombre "cuatro" originalmente describe un instrumento puertorriqueño nacido en los campos hace quizás trescientos años que gradualmente desaparece para mediados del siglo veinte. El mismo nombre, sin embargo aparece a fines del siglo diecinueve describiendo un nuevo y distinto instrumento de diez cuerdas en los pueblos y ciudades de la costa norte de la Isla. Dado el tiempo, y significantivamente, las habilidades del notable cuatrista Ladislao Martínez (Maestro Ladí) y su trabajo en los primeros programas de radio de Puerto Rico, este mismo instrumento se convierte en el cuatro que admiramos hoy. O sea, el antiguo nombre y el nuevo instrumento pasan al siglo veinte y al futuro como el actual instrumento nacional. He aquí los detalles de nuestros hallazgos:

Vean aquí otras interesantes variantes del cuatro puertorriqueño

 

 


La tradición antigua:
El Cuatro de Cuatro Cuerdas

También conocido como el Cuatro Araña o Cuatro Cuadrao

 

El gran cuatrista Tuto Feliciano cuando niño tocando su cuatro antiguo
Foto de la colección de Tuto Feliciano. Según Feliciano, quien acompañó a Ramito, el instrumento todavía se tocaba en 1950 por él y otros músicos  en Yauco . Nos dijo que él se quejaba de sus limitaciones musicales y admiraba la versatilidad del de diez cuerdas, pero no llegó a aprender a tocar el cuatro de diez cuerdas, hasta que Ramito se lo exigió.

La tradición antigua de los instrumentos incluye el cuatro de 4 cuerdas sencillas, la forma más antigua del instrumento. Las cuatro cuerdas del cuatro antiguo se afinaban

La-Mi-La-Re

separadas en intervalos de 5-4-4. La forma más rudimentaria de tocar el instrumento era de solamente pisar las tres cuerdas superiores Mi La Re, relegando la cuarta La, la más baja, a sonar como una "nota de pedal", o sea, sonando repetidamente en el trasfondo sin cambiar de tono. Con esta configuración, el cuatro se remonta a la época más temprana de la colonia española, y la manera de tocar y afinarlo al siglo 13.

 

Cuatro "antiguo" de campo recreado para el Proyecto del Cuatro por Vicente Valentín, semejante a una reliquia del siglo XIX. Hoy en día casi desconocido y olvidado, ésta era la forma más antigua del instrumento, una que se remonta a los comienzos de la cultura jíbara. Se afinaba y encordaba en manera similar a los instrumentos de púa de España del siglo 16.

Durante los siglos, cuatros rústicos con cuerdas de tripa afinados en esta forma y con un contorno parecedo a un ojo de llave, se usaban mayormente en los pueblos, amenizando tanto los eventos religiosos como seculares. Antiguamente el instrumento que se oía mayormente en las regiones aisladas del centro de la Isla era el tiple. Dado el tiempo el uso del cuatro se regó por toda la Isla.

Durante el siglo 19 el cuatro de cuatro cuerdas de tripa tocaba la parte del bombardino (una tipo de trompeta alemán), cuando éste no se disponía, en las orquestas de salón de las ciudades principales de Puerto Rico--a la misma vez que se destacaba en manos de los jíbaros en las comunidades más aisladas de la Isla. Arriba vemos al cuatrista de la orquesta de Jose Ignacio Quintón (1881-1925), pulsando un cuatro que hoy llamamos "antiguo" de cuatro cuerdas. Foto tomada en 1909.

Más tarde, al entrar el cuatro en orquestas y música de salón en el siglo diecinueve, los cuatristas más peritos se valían de todas las notas en todas las cuerdas. Pero tenían que superar las desventajas del instrumento: la forma antigua de afinación y encordadura creaba dificultades formidables en la ejecución de música compleja. Sin embargo, creemos que los cuatros antiguos permanecieron esencialmente sin cambios en su forma y afinación durante siglos hasta caer en desuso y desaparecer de la escena musical en Puerto Rico a fines de la primera mitad del siglo veinte.



La tradición moderna:
El Cuatro de Diez Cuerdas

También conocido como el Cuatro Modern

 


El gran maestro Ladislao Martínez, a quien atribuimos el afloramiento del cuatro aviolinado de diez cuerdas como el instrumento nacional de Puerto Rico.

A fines del Siglo 19, luego de haberse extendido la forma antigua por la isla (predominantemente en el centro y la costa sur de la Isla) aparece un nuevo instrumento musical en la costa norte de la Isla, una expresión inspirada posiblemente por los instrumentos de cuerda contemporáneos en España y mandolinas norteamericanas de moda internacionalmente durante esa época. Esta es la forma que perdura como el cuatro moderno de hoy. Músicos mayores del Sur de la Isla llamaban el cuatro de diez cuerdas, despectiva-mente, el "cuatro español". Nos dijeron, "ese cuatro no es de aquí..."
    El cuatro moderno evoluciona con un diapasón más corto y por consecuencia, un rango más alto que el cuatro antiguo. Su afinación empieza con su cuerda más baja afinada a una nota más alta que la más baja del cuatro antiguo
y las que restan son separadas en intervalos de 4-4-4-4,

                           Si-Mi-La-Re-Sol

intervalos similares a las de las bandurrias y los laúdes españoles. También, a diferencia del original cuatro antiguo, lleva diez cuerdas de alambre metálicos pareados--también como los laúdes y mandolinas . 

   Como vemos, el cuatro antiguo y el moderno son dos instrumentos muy diferentes. No es correcto afirmar que el uno se derivó del otro.
  Durante la primera cuarta parte del siglo veinte, este nuevo instrumento puertorriqueño se esparce por la costa norteña de la isla, mientras que el cuatro de cuatro y ocho cuerdas se mantienen vigente, aunque moribundos, en la región central y sureña.
   Teorizamos que durante este mismo período de tiempo, el cuatro de encordadura moderna (el cual desde sus comienzos había adoptado el contorno de ojo de llave del cuatro antiguo) adopta su nueva forma aviolinada (parecida a un violín) en las principales urbes norteñas de la isla.
   Este nuevo cuatro de diez cuerdas de metal, arregladas en cinco pares u órdenes, con forma de violín, es la configuración que se extiende por toda la Isla, luego de oírse por radio durante la década de los 1930--en manos del gran cuatrista vegabajeño Ladislao Martínez. A él, y a las limitaciones musicales de la afinación y encordadura del cuatro antiguo, le debemos la ascendencia y universalización del cuatro moderno en Puerto Rico.
   Es curioso que el instrumento aviolinado de diez cuerdas adopta popularmente el nombre de “cuatro”, aunque no compartía casi ningún legado en forma, afinación o encordadura con el cuatro original de cuatro cuerdas. Pero por otro lado, las pocas similaridades eran significantes –  el hecho de que siempre se tocaba con pajuela; ambos usualmente tocaban la melodía en conjuntos; y los dos compartían un tamaño mediano entre el tiple y la bordonúa; y porque casi siempre en ellas se tocaba música netamente puertorriqueña, y finalmente, porque ambas estaban hechas únicamente en Puerto Rico. Quizás por compartir todos estos motivos en conjunto, los puertorriqueños les otorgó el mismo nombre de “cuatro” a dos instrumentos tan diferentes.

Los primeros cuatros rurales
de diez cuerdas

Teorizamos que cuando los jíbaros emergieron de sus comunidades aisladas a fines del siglo diecinueve, y viajaron a los pueblos y ciudades de la Isla, regresaban con recuerdos de las bandurrias, cítaras y laúdes españolas traídos desde España, que allí veían. Luego adaptaron sus pequeños cuatros con la encordadura y afinación de las mismas. Manteniendo el perfil y forma del cuatro antiguo, esa configuración vendría a ser en el siglo veinte el antecedente inmediato del cuatro de hoy.

El resultado fué el cuatro de diez cuerdas metálicas como el que vemos arriba en una foto tomada en 1898, en manos del cuatrista  Eusebio González, "el indio de Sábana Grande". Creemos que ésta era la forma más temprana de los cuatros con la afinación y encordadura moderna, aunque retentivas de su forma antigua de ojo de llave.

Cuatro rural de 10 cuerdas recreada por Eugenio Mendez, 1999


Los Cuatros "modernos" de hoy día

Una fotografía de una rara reliquia de un antiguo cuatro de diez cuerdas con forma de violín, descubierto en los Estados Unidos. Su dueño, un autoproclamado experto en artefactos de la Guerra Civil norteamericana, reclamó que el mismo fue traído de la Isla a los Estados Unidos en los tiempos (1861-1865) de esa Guerra Civil. Si fuera cierto, el hecho pondría boca abajo todas las presunciones de la línea cronológica del instrumento

Creemos que la forma moderna del cuatro--el de diez cuerdas con forma de violín que se usa hoy en día por los puertorriqueños--apareció por primera vez durante los principios del siglo veinte en urbes de la costa norteña como Isabela, Vega Baja y Arecibo. Ganó su aceptación a través de la Isla principalmente como resultado de la destreza y popularidad de su máximo exponente, Ladislao Martínez. Podemos quizás nombrarlo "el cuatro de Ladí".


Cuatro Moderno hecho por  William Cumpiano, Northampton, Mass.


 
 
El Cuatro de Ocho Cuerdas:
el cuatro antiguo atenta la modernidad

 


Cuatro hecho por Juan Olivera en Yauco durante la década de 1940, propiedad de la familia del gran cuatrista deceso Norberto Cales
Foto Juan Sotomayor



Oigan al cuatro de ocho cuerdas en una grabación del fin de la década de 1920 de la guaracha Adios Mojica por Fausto Delgado y el Grupo Piñita


Durante un período relativamente corto en la historia del cuatro, una pequeña cosecha de bellos instrumentos de artesanía extraordinaria surgió en la costa sur de Puerto Rico, en la región de las ciudades de Yauco y Ponce en las décadas del 1920 hasta el 1940. Estos fueron tocados por diestros músicos como Heriberto Torres, Efraín Ronda, Norberto Cales y Tuto Feliciano. Aunque existen grabaciones del cuatro de ocho cuerdas tocando música popular, el instrumento se oía principalmente tocando "música clásica puertorriqueña": mazurcas, danzas, valses y otros géneros de música de salón. La mayoría de los cuatros de ocho cuerdas hechos en la Isla resultaron de las manos de artesanos yaucanos como Efraín Ronda y Jaime Olivera.
      Este nuevo instrumento retuvo la misma la escala y afinación de su antiguo ancestro de cuatro cuerdas sencillas. Pero difería en forma significativa debido al uso de cuerdas metálicas arregladas en pares afinadas del siguiente modo:

                       AA    DD    aa  ee
          ó    La La     Mi Mi   la la    re re

de bajo a tiple. El cuatro de ocho cuerdas difería también del cuatro antiguo en su forma, la cual postulamos fue inspirada por las mandolinas de dos picos que eran populares en los Estados Unidos en esa época. Por cierto, su encordadura era la misma de la mandolina: cuatro pares de cuerdas metálicas afinadas en unísono (a la misma nota). Pero al igual que su progenitor, el cuatro de cuatro cuerdas, su afinación lo hacía difícil de tocar por todos menos los más diestros músicos y ambos sinstrumentos e desvanecieron y el cuatro de ocho desaparece junto con el obsoleto cuatro antiguo de cuatro cuerdas ya por los primeros años de la década del 1950.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 Otras variantes interesantes del Cuatro...

Cuatro de Higuera

Los instrumentos de cuerda hecho de higueras proliferaron desde tiempos remotos en las civilizaciones de la costa occidental del África. Por consecuencia, es razonable inferir que la tradición de usar el casco seco de la fruta de la higuera para confeccionar las cajas sonoras de los instrumentos de cuerda en Puerto Rico se deriva de las memorias culturales de los africanos esclavizados que llegaron a la isla en siglos pasados. Aunque esta configuración es bastante rara hoy en día, algunos gran cuatristas, tal como Maso Rivera han tocado y grabado con cuatros de higuera.

Cuatro de Higuera, colleción Teodoro Vidal
Cuatro en la colección de Teodoro Vidal, Instituto Smithsoniano de Washington DC


Maso Rivera dedicó un disco entero de piezas tocadas
sobre un cuatro de higuera

 


Cuatro de higuera confeccionado por la artesana
Graciela Quiñones-Rodriguez de Hartford, Connecticut

Cuatro "sureño" con cintura suave

La region de la costa sur de la Isla vió un pequeño número de extremadamente elegantes cuatros de ocho y diez cuerdas (creemos que fueron vigentes entre la decada de los 20 y 40) fabricado por el excelente artesano yaucano Juan Olivera y otros, que cogían prestado la forma cuña-semicircular del cuatro antiguo pero con una cintura suave. Destacamos un bello ejemplar existente de un cuatro sureño aquí.

El Proyecto del Cuatro recientemente adquirió una reliquia de dicho instrumento que añadió a su colección, el cual se puede ver imediatamente debajo:

 

Cuatro "sureño" fabricado alrededor de 1940 por el yaucano Juan Olivera.
Foto de Juan Sotomayor

Las Familias del Cuatro: Cuatro Soprano, Tenor, Alto, y Bajo

Han habido por lo menos dos atentos históricos en crear un conjunto de cuatros similares a los conjuntos de instrumentos de arco dentro las orquestas sinfónicas. Estos requerían la comisión de artesanos instrumentales para crear una familia de cuatros de distintos tamaños para poder tocar las mismas voces correspondientes a un conjunto de instrumentos de arco: contrabajo, celo, viola y violín. La primera instancia de las “familias del cuatro” fue propuesta por el director de rondallas Prof. Jorge Rubiano, quien durante las décadas 1950 y 1960—además del cuatro tradicional—comisiona del premiado artesano Antonio Rodríguez Navarro cuatros concertinos, cellos, bajos y rítmicos y los incorpora en una orquesta de conciertos auspiciada por el Instituto de Cultura Puertorriqueña. La segunda instancia le corresponde al artesano Crístobal Santiago, quien bajo el auspicio del Instituto crea una segunda familia de cuatro soprano, cuatro alto, cuatro tradicional (tenor) y cuatro bajo. La orquesta así constituída realizó varias grabaciones discográficas, pero el esquema nunca fue perseguido y promocionado en forma seguida y persistente por el Instituto.


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Un afiche de la década de 1960 por el Instituto de Cultura anunciando la "familia del cuatro puertorriqueño"



El premiado artesando Antonio Rodríguez Navarro aguanta un "cuatro lírico". Lo rodea los cuatros sopranos, altos, tenores y bajos que les fueron comisionados por el Instituto de Cultura durante los comienzos de la década de 1960.

Foto de Juan Sotomayor

El "Seis"
El Seis es el nombre dado por el Proyecto del Cuatro a los varios cuatros portando seis pares de cuerdas que hemos visto. No son instrumentos tradicionales, sino que son cuatros híbridos inventados por artesanos contemporáneos en respuesta a los deseos de sus clientes. Algunos musicos los quieren otro par más fino para ampliar el rango musical hacia arriba, otros quieren otro par más grueso para ampliar el rango del cuatro hacia el bajo. Otros son guitarristas que quieren encordar su cuatro como guitarra para poder afinarlo y tocarlo en intervalos similares a la guitarra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El "Cuatro Sonero"

El premiado maestro del cuatro (maestro de enseñanza, ejecución y construcción) Cristóbal Santiago incluye entre sus muchas creaciónes un interesante variante del cuatro familiar de cinco órdenes dobles--uno de cinco órdenes triples que le ha otorgado el nombre de cuatro sonero. Se remonta a quince cuerdas resultando en un instrumento que presenta un bello y novedos sonido pero también retos de digitiación al ejecutante. En el video a la derecha Santiago muestra su destreza con el difícil instrumento como también su dominio musical de las piezas música que seleccionó.